Aunque parezca increíble, cuando presentas algún problema o disgusto o desavenencia, siempre suele romperse la cuerda por el lado más débil, y en este caso para agredirte a ti mismo, lesionando tu autoestima y tu valoración que tienes sobre tus capacidades y posibilidades. No existe pero error que hacer esto, porque ni tienes la culpa de todo lo que pasa, ni es la estrategia correcta es castigarte sino aprender de ello en forma generosa.
Hoy en día existen muy buenos Exámenes Psicotécnicos para poder medir tu nivel de autoestima, de tal forma que si se encuentra que está muy lesionada, buscar por todos los medios de mejorarla e incrementarla, porque gran parte de tus éxitos y logros dependen de tu menor o mayor autoestima, de tu capacidad para superar las dificultades, de revertir las situaciones que no te son favorables, y de superar las adversidades.
Cuando te comunicas, estructuras y escribes una carta, te muestras, te expresas, y aun cuando desarrollas tu trabajo, se muestra la autoestima, si te valoras o te desvalorizas, si te muestras confiado o temeroso, si crees que puedes o que la mala suerte te ronda. En el desempeño la autoestima influye mucho, así que por favor no la lastimes.
Tú eres lo más grande que tienes y por ello debes procurar darle la alimentación suficiente y frecuente, es decir mucho cariño y afecto, permitirte respirar cuando se presenta un fracaso y por el contrario darte en estos momentos la mejor prueba de amor que es el perdón y la aceptación del resultado. No significa conformarse pero tampoco fustigarse y castigarte sin medida. Si la autoestima te sirve tanto, no se justifica que la lastimes y la lesiones, porque siempre será más fácil disminuirla que revertirla y mejorarla.